
Se llama Hippie o Jipi a un movimiento contracultural nacido en los años 60 en Estados Unidos, así como también a los seguidores de dicho movimiento. La palabra hippie deriva del inglés hipster que solía usarse para describir a la subcultura previa de los beatniks (no confundir con Generación Beat), que también tuvo como base importante a la ciudad estadounidense de San Francisco (California) y su distrito Haight-Ashbury. Esta nueva subcultura heredó algunos valores contraculturales de la Generación Beat y en menor grado del naturismo alemán, y en determinados casos crearon sus propias comunidades intencionales.
Escuchaban rock psicodélico y folk contestatario, abrazaban la revolución sexual y creían en el amor libre. Algunos participaron en activismo radical y en el uso de estupefacientes como la marihuana, el LSD y otros alucinógenos con la intención de alcanzar estados alterados de conciencia, en realidad una forma de rebelarse por la homogeneidad de conceptos que ofrece el Sistema. También buscaron formas de experiencia poco usuales, como la meditación. Debido a su rechazo al consumismo solían optar por la simplicidad voluntaria, ya sea por motivaciones hedonistas, espirituales-religiosas, artísticas, políticas, o ecologistas.
A finales de los años sesenta en EE. UU. los hippies constituyeron una corriente juvenil masificada, para después quedar pasada de moda (anticuada), pero las siguientes generaciones llamados neo-hippies mantendrían vivo al movimiento como una subcultura establecida en muchas formas y con nuevas generaciones hasta hoy. Así pues han emergido fenómenos como la Rainbow Family, la escena psytrance y goa trance o los deadheads y phishheads. En tanto pequeños enclaves de hippies originales y neo-hippies continúan desarrollando en parte este estilo de vida, aunque con algunas modificaciones, bien en la ciudad o en el campo.
En general se podría mencionar la tendencia de adoptar un modo de vida comunitario, basado en el amor, la paz. Renegaban del nacionalismo y de la regulación estatal así como de la mercantilización y burocratización de la vida cotidiana, como también del consumismo y del capitalismo. Esto se lo solía hacer mediante la participación en activismo radical y/o mediante la práctica de la simplicidad voluntaria. Existe cierta tendencia a revalorizar y valorizar modos espirituales no occidentales o no judeo-cristianos. Se suele estar en desacuerdo con los valores tradicionales de la clase media y de la burguesía así como los de la burocracia. Se considera el paternalismo gubernamental, el militarismo, las empresas multinacionales, y los valores sociales tradicionales como parte de un Sistema que, a sus ojos, guarda poca legitimidad o es esencialmente opresivo.
Artesano trabajando en cerámica en el Festival de Nambassa de 1981
Los hippies suelen buscar lugares de autonomía con respecto de las costumbres hegemónicas de la sociedad. Por sí mismo el movimiento no tiene un carácter ideológico/político específicamente definido o una organización homogénea o estable, aunque generalmente se tiende a ideas y modo de vida con tendencia claramente inclinada a una perspectiva de socialismo libertario y ecologismo. De todas formas gran parte de los hippies fueron relativamente apolíticos o sino políticamente sincréticos. Estas perspectivas, debido al rechazo del consumismo y de la mercantilización de la sociedad capitalista contemporánea ponían de manifiesto su visión usualmente ecologista, y fundamentaban la importancia hacia el respeto a la libre expresión de la subjetividad y la creatividad, claras tendencias hacia experiencias autogestionadas, dejando bien claro el rechazo hacia el burocratismo y la propuesta más desarrollada, que era la creación de comunidades intencionales y otros modos de relaciones humanas o lo que se llegó a denominar una sociedad alternativa.
En esta perspectiva se tendió a revalorizar culturas locales no hegemónicas asociables con modos de vida no industriales o preindustriales debido a su modo de vida más ecosustentable, menos consumista, más comunitario, más descentralizado donde el contacto humano es más constante y posible. Así pues, a fines de los sesenta en EE. UU. los hippies decidieron investigar y revalorizar los legados y formas culturales de los indígenas norteamericanos. En la expansión posterior del movimiento así mismo se tendió a revalorizar las culturas ancestrales e inclusive abiertamente se abrazaba el indigenismo. En Europa se tendió hacia variantes de reconstruccionismo pagano en el cual se quería entender y actualizar tradiciones religiosas y de cosmovisión previas al dominio del cristianismo asociados con una cultura campesina prefeudal.

El ícono del hippie suele ser un hombre con el pelo y barba notablemente más largos que lo considerado «elegante» en la época. Ambos sexos tendían a dejarse el cabello largo y algunos hippies caucásicos lo llevaban al estilo afro, imitando a los afroamericanos.
Entre las mujeres apareció la tendencia de no llevar sujetadores y de no afeitarse axilas o piernas. Esto tendría influencia en el feminismo de décadas posteriores pero todavía fueron más trascendentes otros valores como el del amor libre, el cual argumentaba a favor del derecho al placer, evitando las restricciones de la familia nuclear y el Estado.
Mucha gente no asociada a la contracultura consideraba estos largos cabellos una ofensa, o «anti-higiénicos», o consideraban aquéllo «cosa de mujer». El entonces gobernador de California, Ronald Reagan, definió al hippie como «un tipo con el pelo como Tarzán, que camina como Jane y que huele como Chita».
A veces esto se hacía en abierta rebeldía contra las construcciones de género de la sociedad basada en una estricta división de roles y comportamientos para los sexos. También los hippies abrieron vía para la tolerancia y el respeto a la homosexualidad y las relaciones interraciales.
Para ambos sexos, tanto el cabello largo como su forma de vestir funcionaban como señal de pertenencia a esta contracultura y muestra de su actitud iconoclasta.
Círculo de tambores en el Eeyore's Birthday Party del 2005. Un evento regional de Texas con reputación hippie.
Es una acción típica de los hippies el llegar a un lugar y sorprender positiva o negativamente a aquéllos con estilos y formas más convencionales ya sea individualmente o en grupo. Estas situaciones eran y son usualmente disfrutadas por los hippies y a veces hasta pueden alcanzar niveles teatrales, festivos o de happening en algunos casos acompañadas de música en vivo. A veces esto es planeado y otras veces no y suelen estar sazonadas por la usual actitud alegre y relajada típica hippie que espera que se contagie al resto.